Minecraft

Sabores de Paterna, el campo en conserva

0

La semilla de Sabores de Paterna hay que buscarla en un taller de empleo sobre agricultura ecológica desarrollado en Paterna del Río. Allí aprendieron a hacer conservas y mermeladas las hermanas María del Mar y Reme López y Miguel, marido de la primera.

Tiempo después decidieron buscar una opción de autoempleo, que diera vida al pueblo y que aportara valor añadido a la producción agrícola de Paterna del Río. Allí se cultivan manzanas, tomates, calabacines, castañas o nueces, entre otras opciones.

Por el momento están en una fase inicial del proyecto y se están dando a conocer en ferias y mercados de la provincia de Almería para que cuando den el salto real a las tiendas a los consumidores les suene el nombre de Sabores de Paterna.

Su gama de productos es bastante amplia pese a estar empezando:

  • Mermeladas: Berenjena, calabaza, frambuesa, calabacín, cebolla, ciruela, tomate y cerveza. Sí, cerveza.
  • Patés: Aceitunas negras, berenjena, calabaza, tomate, aceitunas verdes, calabacín, setas y zanahoria.
  • Castañas en almíbar
  • Miel
  • Membrillo
  • Nueces con miel

Me los encontré hace unos meses en un mercado de productos ecológicos y me llevé varias cosas a casa. El paté de setas es intenso. El paté de zanahoria, muy suave, aporta sabor y color a pescados blancos al vapor o a la plancha. La gran curiosidad es la mermelada de cerveza, que funciona muy bien con carnes en general, ensaladas y verduras a la plancha. Creo que también puede jugar con pescados como el bacalao o la merluza, así como con algunos pescados azules y con ahumados. Tendré que probar.

Sabores de Paterna
C/ Santiago, 4
C.P. 04479
Paterna del Río (Almería)
Teléfono: 686828784

Comparte

Sobre el autor

Es encargado de dirigir las cocinas de este galeón. De toda la tripulación, es el pirata con el sentido del gusto y del olfato más desarrollado. No hay barco pirata que surque los mares del norte y del sur que tenga mejores menús que los nuestros. Los regentes de las tabernas y mesones que frecuentamos, lo conocen tan bien como él a ellos, por eso, no pisamos un bar sin su consentimiento. Y después de tantas millas de navegación, sus descubrimientos gastronómicos aún siguen sorprendiendo nuestro paladar.