NOCHE DE CLUEDO almeria

De estación en estación

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El ferrocarril en Almería siempre ha sido sido una caja de sorpresas pues entre tardanzas y trazados, se ha deseado tanto como, a la vez, se ha criticado. Pero, cuidado, en Almería todavía paran los trenes y son en estaciones que nos puede servir como excusa a los piratas de esta agenda de ocio de Almería para dar un garbeo por un pueblo o realizar una jornada de senderismo primaveral.

Gádor, una estación entre naranjos
Quizás sea la estación mejor conservada pues en su marquesina una plaza solar nos dice, además, que se respeta el medio ambiente. Bajarse en Gádor es una excusa para conocer un pueblo de los de verdad, con sus bonita capa de naranjos que tiñe de verde su vega. Podemos pararnos a ver su iglesia de Nª Sª del Rosario con su portada catedralicia y callejeando pararnos a tomarnos unas ricas tapas en la Reja o uno de sus generosos menús, al igual que en Los Angeles, en el otro lado de la vía.

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Gérgal, entre palmeras
Una de las características de las estaciones de la línea con Linares es el alejamiento de la mayoría de ellas de los pueblos que les da nombre. Gérgal es un ejemplo pues seis kilómetros la separa del pueblo pueblo y se accede fácil desde la autovía, que señaliza la salida. Dispuso en su tiempo de un ramal propio, hoy desaparecido, el llamado Cruz de Mayo, que llegaba al mismo pueblo y recogía el mineral de las minas filabreñas que recibía de un cable teleférico. Cerca de la estación, hay una pedanía, las Alcubillas Altas.

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Fiñana, la frontera
Por último, la tercera estación con parada es Fiñana, el último municipio almeriense que pasamos antes de entrar en Granada por la A-92. Una estación perfectamente conservada, con dos cuerpos, el primero de dos pisos rematado con un tejado a dos aguas y el otro de una sola planta, y está separada del pueblo por 2,4 kilómetros, en una agradable bajada entre almendros y vegas.

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Las estaciones con parada reglamentaria son Gádor, Gérgal y Fiñana, partiendo los las circulaciones ferroviarias de Almería a las 6:20 y a las 18:15 todos los días.

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Sobre el autor

Es el oteador de este galeón pirata. Catalejo en mano, nada más llegar a puerto, se adentra en terreno desconocido para descubrirnos enclaves espectaculares cuya existencia es ignorada, incluso, por los propios lugareños. Tiene el don de retratar en forma de dibujos aquello que ven sus ojos y que otros ni imaginan. Ahora bien, le pierden las fiestas populares y si coinciden con alguna de sus expediciones, su regreso puede durar días.